El primer título que pensé para este post fue “No es país para honestos”, obviamente como una clara referencia a “No es país para viejos” novela escrita por Cormac McCarthy, magistralmente adaptada al cine y dirigida por los hermanos Cohen.
Tengo que decir que, como novela y adaptación de una obra de McCarthy, prefiero “La Carretera” (The Road), por aquello de presentar una distopía desoladora con un mundo en el que nuestro mayor temor es encontrarnos con otro ser humano, precisamente porque sabemos lo que un humano desesperado es capaz de hacer. Pero también por ser una historia de esperanza, en la que es posible encontrar bondad entre tantos horrores.
Cormac McCarthy es un escritor que se caracteriza por plasmar, en pocas palabras y con historias cercanas, la desolación humana; ya sea a través de un padre y su hijo luchando por sobrevivir o de un hombre que huye con dinero sucio que no le pertenece. Lo que nos lleva de vuelta al título inicial que pensaba dar a este post: “No es país para honestos”.
Existe una diferencia, si bien sutil, entre ser honesto y ser honrado. Tradicionalmente se les considera sinónimos, pero los matices que diferencian ambas palabras son, cuanto menos, interesantes.
Según el Diccionario de María Moliner (que es maravilloso), el término honesto es aplicado a las personas y a sus palabras y actos, incapaz de engañar, defraudar […]. Cumplidor escrupuloso de su deber o buen administrador de lo que tiene a su cargo. Cuando se aplica particularmente a las mujeres (aquí llega el momento misógino del día) se refiere a gestos, palabras, actitudes dichos o hechos con cuidado de no excitar el instinto sexual o herir el pudor de otros. Casto, decente, púdico, pudoroso, recatado. Comedimiento, compostura, decencia, […], pudor, recato, recogimiento […].
Sin entrar a discutir lo que diferencia a un hombre honesto de una mujer honesta, podemos afirmar que la honestidad es una virtud aplicada en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Por el contrario, honrado se define como incapaz de robar, estafar o defraudar. Incapaz de engañar en propio beneficio. […]*Escrupuloso en el cumplimiento de sus deberes profesionales. Se aplica también a lo que las personas dicen o hacen, a sus procedimientos, conducta, etc.
Es decir, la honradez se refiere a un aspecto concreto del comportamiento de una persona, que tiene que ver con el desempeño de sus funciones en el trabajo diario y en su relación con el entorno.
Hace poco más de una semana, el periódico El Mundo –en su versión digital- publicaba “El mapa de la corrupción en España”. Un compendio de todos los escándalos nacionales y autonómicos que ha presenciado este país en lo que va de siglo; o sea, los últimos 14 años.
Resumiendo: cerca de 1.700 causas abiertas, más de 450 implicados e imputados, 82 condenados y tan sólo 24 en prisión. Altos cargos, políticos, sindicatos y empresarios. No se libra nadie. Da igual lo que prometieran o juraran al tomar posesión de sus cargos ante la constitución, más la Biblia y una cruz, según el caso. “Donde dije digo, digo Diego”, aquí nadie recuerda sus compromisos y todos tan anchos. Viendo los datos, casi parece que el delito compensa la condena (de haberla).
Por las redes sociales circula una foto del expresidente José María Aznar, en la que se puede ver cómo 11 de los 15 miembros de su gabinete de gobierno están imputados, figuran en la contabilidad del PP investigada en el ‘caso Bárcenas’ por presunta financiación ilegal o están en la cárcel. No por nada el 50% de las tramas de corrupción se asocian al Partido Popular.
Los miembros del Gobierno de José María Aznar posan en La Moncloa tras anunciar éste los cambios en julio de 2002. De izq. a drch. y de delante hacia atrás, Trillo, Palacio, Rajoy, Aznar, Rato, Michavila, Montoro, Arias Cañete, Del Castillo, Acebes, Álvarez-Cascos, Zaplana, Arenas, Matas, Pastor y Piqué. Foto: EFE.
PSOE no se queda atrás. Andalucía acumula cerca del 25% del total de casos y los socialistas ganan a implicados en dicha comunidad autónoma por goleada. Hasta los expresidentes autonómicos Chaves y Griñán están implicados, y como son aforados, el Tribunal Supremo es el competente para realizar la investigación.
Entre unos y otros, los principales partidos acumulan el 80% del total de implicados.
Tantos casos hay, que en breve nos quedamos sin letras del alfabeto –o sin recursos lingüísticos y culturales-para seguir nombrándolos. Podríamos elegir al “personaje corrupto del día” y tendríamos material para casi dos años de crónica diaria. Resumiendo, este no es país para honrados, mucho menos para honestos.
Para mayor delito (nótese la ironía en el uso de la palabra), nuestros representantes siguen creyendo que Dimitir es un nombre ruso. (pun intended)
Con la que está cayendo en España ahora mismo, creo que con exigir honradez a aquellos que realizan un trabajo público ya nos podemos dar con un canto en los dientes. Visto lo visto, pedir honestidad ya es pedir demasiado.
Mafalda, siempre tan acertada.
Otras fuentes:
Radiografía de la corrupción en España: cerca de 1.700 causas, más de 500 imputados y sólo una veintena en prisión: http://www.europapress.es/nacional/noticia-radiografia-corrupcion-espana-cerca-1700-causas-mas-500-imputados-solo-veintena-prision-20140420114453.html
De Gürtel a Púnica: cómo se bautizan las operaciones policiales: http://www.elcorreo.com/bizkaia/politica/201410/28/gurtel-punica-como-bautizan-20141027204507.html
El Supremo abre una investigación contra Chaves y Griñán por los ERE: http://politica.elpais.com/politica/2014/11/13/actualidad/1415885608_743530.html