El otro día, mientras íbamos en el coche de vuelta a casa, me preguntaba mi hijo si era posible llamar inteligente a alguien con capacidad para resolver problemas técnicos, pero nulo a la hora de entender las emociones humanas.
Anda que no tenía tela la preguntita… Así que se la devolví:
-¿Tú qué opinas hijo?
-Que no tiene mucho sentido que puedas llamar inteligente a alguien incapaz de ayudar a otras personas, que no sufre con el dolor ajeno o que hace daño a un ser vivo… aunque saquen muy buenas notas y tengan buena memoria.
-Tienes razón -contesté-. Por eso ya no sólo se habla de la inteligencia para referirnos a las personas que saben resolver problemas de matemáticas o de ingeniería. También se habla de otros tipos de inteligencia, como la inteligencia emocional, para hablar de aquellas personas con la capacidad de expresar adecuadamente sus propias emociones, entender las de los demás, y tomar decisiones adecuadas, sin que esos sentimientos les afecten más o menos de lo necesario.
Creedlo o no, a veces las conversaciones que tengo con mis hijos son de ese calibre. Luego también están aquellas que van sobre videojuegos, el último video de elrubiusOMG o el meme de turno.
Después de hablar sobre el tema y llegar a la conclusión de que puedes ser inteligente y un imbécil al mismo tiempo, no podía sacarme la pregunta de la cabeza. Todos, en mayor o menor medida, tenemos ese mix intelectual-emocional. De no así, de contar con mucha inteligencia de un tipo y poca de los otros, nos pasaría como le sucede a un país con un mix energético desbalanceado: receta para el desastre.
Que es justamente lo que me pasa a mí. Dependiendo de para qué cosas soy inteligente y para otras una total inepta. No sirve de mucho tener buena memoria y resolver con facilidad problemas de física, química o matemáticas si luego sufres de estreñimiento emocional.
Afortunadamente, ahí está ese tercer elemento que le traerá el equilibro a la Fuerza.
No sé si (además de emocionalmente estreñida) el adjetivo que utilizaría para describirme es escéptica. Pero en muchos aspectos de mi vida tiendo a no creerme las cosas a primera vista, sobre todo cuando me parecen demasiado buenas para ser verdad. Lo primero que pienso es: “a este cuento le falta la mitad de la historia”… y posiblemente la mitad más interesante.
A ver… todos somos un poco así. Tampoco es algo que me pasa en todos los casos. Aunque en algunos aspectos puedo parecer muy racional, en otros soy totalmente emocional y me lanzo de cabeza al vacío cuando mis tripas me dicen que algo es una buena idea, sin siquiera pararme un momento a reflexionar sobre las posibles consecuencias. De momento, en términos generales, las cosas me han ido bien… por lo que mis tripas deben tener mucha suerte o un buen cerebro.
A esto de “lanzarse al vacío porque algo te dice que las cosas irán bien, o que “se enciendan las alarmas” sin saber por qué, lo llaman inteligencia intuitiva.
A diferencia de la inteligencia lógica –el concepto más tradicional- o de la inteligencia emocional (que por cierto tengo muy desbalanceadas, con más de la primera y menos de la segunda), en la inteligencia intuitiva tomas decisiones sin sopesar conscientemente los pros y los contras. No haces una lista de las posibles repercusiones ni te planteas muchas alternativas, no lo reflexionas durante mucho tiempo: simplemente dejas que tu instinto decida. De forma inconsciente tomas una decisión, en muy poco tiempo, basándote en tus conocimientos, tus sensaciones y experiencia previa.
“Para tener éxito, la planificación sola es insuficiente. Uno debe improvisar también.” Isaac Asimov
Puede parecer poco ortodoxo, porque siempre nos han dicho que las buenas decisiones son aquellas que se reflexionan detenidamente, incluso con la almohada; pero en este mundo actual, lleno de prisas y saturado de información, la inteligencia intuitiva te permite valorar rápidamente una situación, tomar una decisión y actuar en consecuencia. Luego ya tendrás tiempo de analizar conscientemente los motivos.
Esa maravillosa obra titulada «El amor en los tiempos del cólera»
La próxima vez que te apetezca hacer algo pero tengas dudas sobre si es el mejor momento, a lo mejor es una buena ocasión para dar un salto al vacío… Eso sí, no olvides llevar el paracaídas.
Referencias:
Inteligencia emocional: https://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_emocional
Inteligencia Intuitiva… y eso ¿qué es?: https://eldonrienzi.wordpress.com/2013/04/07/inteligencia-intuitiva-y-eso-que-es/
Inteligencia Intuitiva: Decidir sin pensar http://www.rinconpsicologia.com/2015/04/inteligencia-intuitiva-decidir-pensar.html